No se si sepan o les interese, creo que ya lo he comentado antes, el caso es que los domingos (dormingos) son los dias en que salgo al cine con mi mama y luego nos vamos a comer. Como la salida es obligada (mas bien medio necesaria) y no siempre hay buen cine en Hermosillo, he tenido que chutarme uno que otro churro en el transcurso de los dos años que hemos tenido esta pequeña tradicion. No menos interesantes han sido las experiencias culinarias que hemos vivido despues del cine.
Por ejemplo, este pasado domingo, fuimos a ver memorias de una geisha, la cual solo logro hacerme querer mas que nunca leer el libro (sobre todo porque una vez alguien tuvo la intencion de regalarmelo y termino regalandome otro por error). Luego nos fuimos al stromboli. Tenia muchas ganas de una pizza vegetariana. Asi que fuimos.
Desde hace mucho tengo un love/hate relationship con el stromboli porque son MUY, pero MUUUY exageradamente inconstantes en cuanto al servicio y la calidad de la comida. Puedo ir una vez y pegarme una extasiada y regresar otro dia para desearles quemaduras de tercer grado a los cocineros, pero por los buenos dias que han tenido continuo regresando. Es como lanzar una moneda al aire; estupido y ocioso, y sin ningun beneficio...
ok, bad analogy.
Primero que nada, tenian la puertota abierta por lo cual nos amenizo la cena una moscota panteonera. Primer strike. Luego, por algun extraño motivo no me cae el tipo que tienen de mesero ahorita... bueno, son varios pero siempre nos toca el mismo, el que no me gusta. No se por que, normalmente no juzgo a las personas a primera vista... de hecho la enorme mayoria de la gente me vale un tercio de rabano a primera vista, pero no se a quien me recuerda... tal vez al chero light que me enseño a manejar. El caso es que el tipo no me cae, just for the record.
Pido mi pizza, y mi mama y yo procedemos a esperar la ensalada de cortesia que jamas llego. Creo que le subieron a la lechuga orejona o algo por el estilo, pero ahora decidieron que ya no costea regalar ensalada. Whatever. Por lo menos mi pizza llego mas o menos pronto, y la pasta de mi mama igual, con una salsa blanca mas aguada que (insert default witty simile here). El problema fue cuando contemple la famosa pizza.
Todos estamos de acuerdo que de la vista nace el amor, no? Por lo menos con la comida es cierto. Quiero que mi comida tenga buen aspecto, sobre todo si estoy PAGANDOTE por comermela. Quiero una ramita de perejil, quiero lechuga fresca, tomate recien rebanado. Quiero palitos de pan, quiero bolillos recien horneados con mantequilla en cuadritos graciosos. Quiero, y tengo derecho a un plato limpio, calientito, con cosas espolvoreadas o salsas haciendo figuritas caprichosas. Quiero ver algun empeño puesto al servicio de mas de uno de mis sentidos. Mi comida no me va a poder cantar un aria de Puccini, pero al menos quiero que me conquiste por la mirada, que se ponga guapa.
Lo que recibi esa tarde fue al monstruo de queso mozzarella, a quien los cocineros habian, al parecer, finalmente sometido a muerte sobre lo que estaba preparado para ser una decente base para mi pizza. Tuve que remover pedazos del cadaver del monstruo para rescatar lo que quedaba de mis pobres verduras. Ahi estaban, tristes y sin vida, frias bajo el otrora monstruo despiadado. Las debiles orillas de la pizza no habian soportado las exorbitantes temperaturas que se habian requerido para someter al siniestro, asi que estaban renegridas, dando testimonio postume sobre los horrores que habian pasado.
Ok, me toco un mal dia.
Asi que ahi estoy, dando primeros auxilios a las verduras aguadas sobre el pan aguado y quitando las costras quemadas, preguntandome que diablos podrian estar pensando en la cocina como para no poder ver que habian dejado salir a la luz una cosa tan espantosa, cuando de abajo sale de repente, como una oleada sorpresiva, a unas siete u ocho voces el siguiente grito:
"GGGGGOOOOOOOOOOOOOOOOOOLLLL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!"
