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Location: Hermosillo, Mexico

Life insists on imposing itself like a bad house guest. I still look for meaning when most people around me are just trying to find the breaks. I'm attempting both and laughing so I don't cry. No one reads this sh*t.

Wednesday, January 05, 2005

Whateverness...

Ok, ya me tumbe el rollo de la depresion a tres dias de mi regreso de LA. No estuvo tan mal, tal vez sea algun tipo de record. O tal vez ya veo la realidad de las cosas y lo poco que me ayudara andar arrastrando la cara si hay cantidad de fregaderas que hacer antes de que transcurra la primera mitad de este año.

Pero bueno, para iniciar este nuevo ciclo de utter whateverness, ahi les va una reflexion:

Nunca se han dado cuenta que tanto mejor se siente morder que ser mordido?

...

O nomas soy yo?

Cheese soup?!

Pues si, viendo lo bien que se portaron conmigo sus papas, me ofreci un dia a hacer la comida. Con la intencion de verme aca, bien internacional, y a manera de hacer el countermove por la comida tipica que me habian ofrecido el dia de mi llegada, pense en hacer caldo de queso. Este dichoso caldo es uno de mis favoritos, y hasta hace recientemente aprendi a hacerlo, despues de mucho pedirle a mi mama, hasta que se dio la conjuncion consecuencial del queso, el tiempo, y la mama dispuesta. No estaba preparada para la odisea que resultaria la elaboracion del dichoso caldo en tierra ajena.

Empezamos con un viaje al mercado mexicano... si, porque para hacer comida mexicana necesitas INGREDIENTES MEXICANOS (er, DUH!). Asi que paseamonos por los pasillos y la mitad de las cosas me causaban gracia porque eran tan mexicanas como la Britni Spirs. Resulto finalmente algo bueno ir al mercadito porque aparentemente el consome Maggi es un lujo por alla. Lastima que no consegui valvita (a los que no saben de cocina eso les sonara medio sucio... lo cual me da risa).

Total, hora de conseguir la piedra angular del precioso caldo, el queso. Desde el momento en que salieron de mi boca las palabras "caldo que queso" temi el momento de conseguir el indispensable ingrediente. Todos los conocedores del buen caldo de queso sabemos que sin el queso indicado la receta vale toneladas de madre. Total, nos acercamos a la barra y yo sintiendome como cuando me ponian frente a toda la parentela estando yo chiquita a declamar o a hacer alguna gracia similar. Dicen los señores, entusiastas como siempre, mientras mi novio al parecer no sabia si reir o salir corriendo: "queremos oirte hablar español!".

Bueno, no podia menos que comparecer, asi que haciendo gala de mi mejor español, demuestro mis habilidades bilingues :

"Em... quiero queso"

Muchos me han dicho que me doy a entender mejor en ingles que en español, y en este tipo de momentos entiendo mucho el porque.

El queso estaba muy, pero muy desabrido. Decidi no ponerle mucha importancia y dedicarme mejor a rogar que no se derritiera en el caldo... lo cual, como bien sabemos, es fallar completamente en la vida, y trae como pena el tener que portar una Q roja en el pecho de por vida. Regresando a la casa traje a los tres entusiastas integrantes de la familia siguiendome por toda la cocina viendo con sumo interes las intricadas maniobras culinarias de la cocina mexicana, tales como tatemar chiles verdes, cortar y pelar aguacates, y sofreir papas y cebollas (aunque ahora que lo pienso... creo que no le eche cebolla al caldo... chingado!

Para no hacer el cuento muy largo, el caldo salio muy bueno. Modestia aparte. Y el guacamole fue recibido con suma reverencia. La comida en si fue festiva, con algunas quesadillas medio extrañas que se invento mi novio, el eterno amante de la salsa bbq. Me luci con mis habilidades para comer picante, y en total todo termino bien. Y lo que mas habia estado anhelando, la prueba fehaciente de una labor bien hecha, se hizo patente. Se levanto y se sirvio otro plato.

Success.

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