The Pheromonster

Ya ni recuerdo quien me puso el motecito. En un descuido y fui yo.

El caso es que todo empieza en mi adolescencia... cuando las hormonas me hicieron el favor de adornarme la cara con acnes de todo tamaño color y tipo. Aunado esto al hecho de que era una niña medio inocentona, amante de leer mas que de andar chismeando o de andarme pintando y arreglando, digamos que no era la creatura mas llamativa del universo. Recuerdo que a veces mis compañeras de la secundaria me agarraban de cochinito de indias y me dejaban irreconocible. Todo mundo me decia que me veia bien pero a mi me daba por pensar que se burlaban de mi y de mi muestrario de granos, parcialmente oculto por mis enormes anteojos de resina. Era una epoca en la que el maquillaje se me hacia una falsedad, los adornos, un disfraz sin sentido. Cosas innecesarias todas.

Me juntaba con dos o tres geeks, los mas inocentones de la escuela al igual que yo. Despues de un tiempo su peculiar condicion los llevo a cometer todas las locuras propias de la edad, en lo que yo me quedaba atras pensando que realmente tenian que estar locos para dejarse modificar la personalidad de esa forma. Pero ya me llegaria mi turno.

En la prepa fui la reina del drama, del pancho, del papelon... yo estuve con el grupo de teatro, y las cosas que sucedieron en esos años darian como para dos novelas, pero eso sera para otra ocasion... En cuanto a mi estilo, seguia siendo de lo mas minimalista. Eso si, rockie la moda grunge y todo lo que implicaba. De una manera muy light, pero... meh.

Sigue la carrera, y aqui es donde todo cambia. Hay cambios que me llevan a darme cuenta de lo que puedo lograr con mi persona, con mi mente y con mis habilidades. Estaba repentinamente rodeada de gente, asi que, para bien o para mal, use mis recursos a lo mejor que me permitio mi loca mentecilla. Aqui es cuando se acuño el termino pheromonster, durante los ultimos años de mi carrera universitaria. Que es lo que tengo que atrae a la gente? La teoria es que todo esta en el olor. Las feromonas son cosas poderosisimas, y puestas en la persona equivocada, pueden llegar a causar grandes estragos. Ha habido gente que me ha confesado que hay algo en mi aroma personal que resulta medio... digamos invitante para no darnos mucho paquete.

Y asi, la gente se acerca... pero no toda la gente es conveniente...

Con el tiempo he aprendido a controlar mi mente y afilar mi percepcion (madurez aparte, eso se tenia que dar tarde que temprano) de manera que no me lanzo al ruedo sin sopesar primero los pros y los contras, mirar antes de saltar y todo eso. Porque me temo que la gente seguira estando, en todo tiempo y todo momento (es que hay tanta!). Asi que lo unico que puedo cambiar, es a mi misma.

Aun asi... caso de alarma... cosa que nunca me habia sucedido...

una mañana... me acerco a esa camiseta desmangada con gorrito (?)... me recargo en ese hombro robusto, siempre tan invitante... mis brazos rodean su cuerpo y los suyos me replican con toda calidez. Entonces aspiro...

sniffffffff........................

...

Me lleva...