Soap and sadness

El chamaco ya tiene tiempo que se fue. La primera vez hizo su acto estoico, hizo gala de firmeza y seguridad, siempre tan calladas como siempre.
Hace poco cuando vino, de cierta forma agradecí el no haber estado alli para su despedida. Pops no se la paso muy bien y creo que yo le hubiera hecho la segunda en un suspiro... o dos... o mil.
Mums tambien esta bien donde esta. Siempre estamos donde estamos, como dice el sinsentido zen. Estamos todos donde debemos estar. Sin embargo, a veces uno regresa en su estado mental y quiere nuevamente estar aqui, alla, y en otras dimensiones. Quiere uno desdoblarse y dejar viajar el espiritu, de dejar un poco menos tirante la liga que nos une, que nos jala de a poquito las membranas del sentimiento hasta que, cuando menos sabemos, ya perdimos algo de resistencia.

O acaso la ganamos?

Estuve una semana con pops, y me pone triste cada vez que voy y veo los pequeños gestos inocentes con los que se aferra a nosotros. Como cuando abro el refri y veo que compro tacos fish de mas esa mañana, por si alguno de nosotros iba a desayunar. Como cuando veo que sigue comprando cocas porque eso era lo que yo tomaba mientras estuve alli. Como cuando llego y esta la casa sola pero siempre deja prendido el radio, para que se sienta alguna presencia ajena. Como ayer que llegue y no estaba, y me mate el hambre de perro con un par de quesadillas. Al rato llego con dos de las hamburguesas mas grandes del mugre king, y gustosa me atasque una, aunque sentia y aun siento que la voy a estar digiriendo todo el fin de semana.

Me la llevo viendo videos tristes/ inspiracionales, tal vez para sentirme un poquito mas conectada a ellos aunque sea por ratitos, queriendo salirme de mi idilico hogar donde hasta las riñas se disfrutan y terminan bien, donde nada falta y planes sobran. Quiero, pero no soy yo quien debe, decirle a pops que no esta solo y que no ha perdido nada. Decirle al chamaco que ese aparente sufrimiento en realidad le esta nutriendo el alma, y que muchas grandes lecciones saldran de el, y que no hay verguenza en añorar el hogar paterno, ni en desear la cercania de los seres queridos.

No se que mas decir... solo que ya estoy a menos de 30 capítulos para terminar Slam Dunk, y me hizo leña ver lo que paso con el jefe de Sakuragi. No mami blu.