Here's how it feels...

It feels like Christmas...

for all the wrong reasons.

And I know it shouldn't, but it does.

So there.

One step ahead of disaster

Ya me salieron nuevas opciones laborales *cheers*. Tal parece que el mundo al fin se esta organizando para hacer saber a todos de lo que soy capaz. Para todo es como para el amor en cuanto a busquedas, supongo... tienes que buscar como si no estuvieras buscando, pero sin perder de vista nunca el objetivo, el ideal que tienes en mente.

A veces me pongo a pensar en la escuela de mi padre, aquella que enseña solo un camino correcto para hacer las cosas. El camino mas sencillo entre A y B que no siempre consiste en una linea recta, pero si en una serie de lineas zigzagueantes que si bien no conforman el camino mas corto, por consenso universal (de todos los que creen en ello) conforman el "adecuado".

Supongo que la seguridad que brindan los viejos y probados caminos es razon suficiente para que nuestros padres nos los quieran imponer. Con mis años como maestra he aprendido a apreciar y estimar el peso de querer lo mejor para las minipersonas a tu cargo, y no quiero ni imaginarme que tanto mas fuerte es el sentimiento cuando sabes que la minpersona es primordialmente tu responsabilidad. Tambien quiero suponer que el nivel de sufrimiento que enfrentaste en tu juventud es directamente proporcional a la angustia de querer evitarle a tu retoño cualquier tipo de pena o tribulacion. En el mejor de los casos.

No voy a negar que le admiro a mi padre todo lo que fue capaz de lograr en su vida, de donde salio y a donde llego, pero ni el respeto ni el cariño me ciegan, yo se lo que prentende hacer al decirme que es "lo mejor", pero finalmente su verdadera responsabilidad termino en el momento en el que yo conclui mis estudios. Si me quiero mantener en una linea y por momentos echarme una maroma es mi prerrogativa. Yo se que el tiene la prerrogativa y el derecho total de darme mi mochila con un sandwich y un cambio de ropa hoy mismo y mandarme al mundo, pero entretanto lo escucho con el respeto que se merece, y lo contradigo con el mismo respeto. A menos que hayan habido un par de cheves de por medio. Entonces la cosa se torna divertida.

Por cierto que tomarse una chela con el jefe es la mata. Todos deberian hacerlo.